Son 340 hectáreas que contribuyen a su reparación integral y al restablecimiento de sus derechos, en una entrega enmarcada en el Plan Catatumbo. Es por ello que la directora de Acceso a Tierras, de la ANT, Deicy Lizeth Gómez Gómez, indicó que lo entregado es una forma de comenzar a reconstruir los derechos vulnerados de quienes han sufrido los embates del conflicto armado, “es una forma de permitirles redignificar sus vidas, que empiecen a ser productivos con las tierras que recibieron”.
La segunda Finca para la Paz no solamente es un acto simbólico de justicia hecho por el Gobierno nacional, también constituye una respuesta concreta a las necesidades de las familias desplazadas del Catatumbo que han perdido sus hogares a causa de la violencia, como recuperar su autonomía, resignificar sus derechos, mejorar sus condiciones de vida y asegurar su derecho a vivir dignamente en sus propios predios.
“Nos llena de lágrimas saber todo el apoyo que nos ha brindado el Gobierno a través de nuestro presidente Gustavo Petro y su ministra de Agricultura, por eso recibimos estas tierras. Les digo a Colombia y a la sociedad que este Gobierno sí quiere el cambio para quienes hemos sufrido en carne propia el desplazamiento y la guerra”, expresó Carmito Abril, uno de los beneficiarios.
Otra de las beneficiarias, lideresa comunitaria que salió de su territorio por amenazas de la guerrilla del ELN, dice que debió dejar botado todo porque la iban a asesinar a ella, su esposo y sus cinco hijos. Señaló, sin embargo, que lo hecho por la ANT “es una nueva oportunidad de vida, gracias por estas tierras, por lo que hacen por nosotros”.
La Agencia Nacional
de Tierras, en cabeza de su director general Felipe Harman, busca reparar a las
víctimas, fomentar el desarrollo rural, la seguridad alimentaria y la cohesión
social en los lugares más afectados por el conflicto armado interno .Lo hecho en
el Magdalena Medio remarca el compromiso del Gobierno del Cambio con la
consolidación de la Reforma Agraria en las regiones.